MONÓLOGO

Ella hablaba tanto, que él no sabía exactamente si aquello era posible o simplemente un sueño. Él quería explicarse, pero no había conseguido emitir ni un tímido hola, de hecho, ella ignoraba sus razones y hasta su nombre. Como cada noche, ella relataba durante una, dos o tres horas, lo que durara su cita, todo tipo de acontecimientos y recriminaciones. Una noche él decidió no acudir a la cita y permaneció despierto con su cuaderno de notas en blanco sobre sus manos. Ella, cansada de esperar, se transformó  en grafía y él, aterrado, cerró su bloc de un salto. Jamás podría huir de todo lo que no dijo. 

LA VIDA, ¡SIEMPRE!

La vida,  ¡siempre!,

interrumpida no más,

por versos….

                    y algunos besos.

El amor, ¡siempre! …

y a veces solo el silencio

       con mis palabras al viento.

Cada mañana, la fe,

y a noches de cielo abierto…

la duda...como lucero.

Si la ocasión lo merece

el tiempo como aguacero,

y una tormenta de abrazos que inunde todo tu cuerpo.

¿La locura?         

                cada día…

¿la libertad?       

              sin mesura.

Y a ratos de luna oscura,

habitando mis pasiones

el misterio de tu hechura

revivido en mi memoria.

La vida, ¡siempre! 

NATURALEZA MUERTA

(Un homenaje a Rubén Darío)

Pedro corazón María.

Luis corazón Antonio.

Ana corazón Loli.

Veinte años llevan escritos estos nombres en el árbol. 

Hoy todos sabemos que Pedro se perdió, María dejó el país, Luis encontró otro amor, Antonio sigue llorando y Ana, a pesar de todo, quiere a Loli. 

Todos recuerdan  el árbol y reconocen las palabras del poeta, "dichoso el árbol que es apenas sensitivo”…y vuelven para tachar su nombres, queriendo borrar con ello sus historias…y ¿por qué no?…sus sufrimientos.

JACARANDA

Mientras el árbol que me abraza esté en flor

y el leve suspiro de sus besos me acompañe..

se teñirá de púrpura la distancia y la armonía.

Mis únicos deseos, serán los suyos,

mis únicas palabras, las del silencio,

el despertar de sus brotes, mi alegría,

unirme en su letargo, mi dulce suerte.

ELFOS…DOLOROSOS

Otra vez me levanté con la única intención de llegar a la nevera, alcanzar el dulce y soñado néctar de los dioses y emborrachar al elfo de mi pierna izquierda…antes de que despertara el de la pierna derecha…para quedarme inmóvil de nuevo. 

No sé cuánto tiempo llevan conmigo, quizás desde la Edad Media, o desde la Edad Antigua…o quizás desde que me prometí a mi misma no volver a soñar con seres imaginarios y me entregué sin excusas a la realidad.

Y aquí sigo, prisionera, a escasos  dos metros de la nevera y sin saber si dentro estará , el deseado néctar de los dioses.

OLOR A FERIA

Al entrar a desayunar en el bar de costumbre, Juan el candidato, notó algo distinto. A su paso, la gente volvía la mirada con mueca contrariada. Quizás todo el mundo supiera que lo suyo con Ana, la hermana de su mujer era más que un lío…pero eso era poco probable. Intentó, como otros días, compartir la alegría de la noche de feria, pero todo el mundo parecía tener prisa esa mañana. Asustado miro al camarero y pidió el rebujito final. Tal vez hubieran adivinado que durante años, desvío fondos públicos a su propia cuenta...¡y eso  quién no lo hacía! 

Con pesar por estar solo, pero sin un ápice de culpa, miro hacia el suelo y comenzó a sonreír… ¡así que era eso, de lo que la gente huía!...una inmensa boñiga de caballo pegada a sus zapatos… ¡olor a feria! (que disimulaba su propio olor)

P.D. Para nuestra suerte, la boñiga creció día tras día y termino por ahogarlo.

¿BAILAS?

Le miro asombrada y asintió con timidez.

Él la cogió dulcemente de la cintura, y ella se elevo sobre sus ojos.

Al son del tango se cruzaron sus delirios.

En un instante, sin premura, él rozó sus labios en leve susurro.

Ella miró a su marido y nunca más volvieron a verse.